El Jin Shin Jyutsu es el Arte del Creador a través del Hombre compasivo. También se le llama "El Arte de la Felicidad" o bien "El Arte de la Longevidad". En el año 1900, Jiro Murai, sabio japonés perteneciente a una familia con una larga tradición médica y aquejado de una enfermedad terminal, lograba recuperar la salud realizando un retiro en la montaña y sirviéndose tan sólo de maditación, ayuno y la práctica sistemática de diferentes mudras (posturas energéticas con las manos). A raiz de esta experiencia límite, Murai desarrolló el Jin Shin Jyutsu (El arte del Creador a través del hombre) como una poderosa herramienta que permite a la persona tomar conciencia de su cuerpo, conectar con su alma y recuperar el equilibrio perdido mediante algo tan sencillo y al alcance de todos como son las propias manos.
Hoy el Jin Shin Jyutsu se engloba dentro de las terapias que se basan en la existencia de una energía vital, considerada una manifestación de la energía universal que penetra en todo lo existente y representa la fuerza de la vida. Esta energía, que circula por todo el cuerpo en diferentes niveles o profundidades, debería fluir libre y sin obstáculos, ya que su bloqueo puede generar tensiones que lleven a la desarmonía y la enfermedad.
El Jin Shin Jyutsu considera que el cuerpo humano está recorrido por tres grandes canales energéticos y trabaja sobre ellos con las manos, suave pero firmemente, por encima de la ropa e incluso de la escayola. Para este arte terapéutico existe un flujo central principal, que discurre por un círculo oval y que desciende por la cara, cuello y esternón, la zona abdominal y el hueso púbico, para ascender por la columna, volver a pasar por encima de la cabeza y descender nuevamente; y otros dos grandes flujos denominados supervisores que nacen en la parte interior de las rodillas: el supervisor izquierdo, que controla todas las funciones del cuerpo del lado izquierdo y que está relacionado con el principio masculino, el tiempo, el pasado, la lógica y lo genético, y el supervisor derecho, que rige las funciones del lado derecho y que tiene que ver con el principio femenino, representando el espacio, el presente, la intuición y la regeneración.
Por último, los flujos mediadores diagonales, unen y armonizan la parte izquierda del cuerpo con la derecha.
De la misma manera el JSJ considera que la energía toma forma en el cuerpo a través de diferentes profundidades que van de la piel (1ª profundidad) a los huesos (5ª profundidad), relacionadas con las diferentes etapas vitales y órganos y que se pueden desequilibrar por emociones tales como la preocupación, el miedo, la cólera, la tristeza y el exceso de pretensión.
Por otra parte, identifica 26 cerraduras de seguridad (esferas energéticas de unos 15 cm. de diámetro repartidas por los canales mencionados) a través de las cuales puede liberarse la energía estancada o mejorar su flujo.
Hoy el Jin Shin Jyutsu se engloba dentro de las terapias que se basan en la existencia de una energía vital, considerada una manifestación de la energía universal que penetra en todo lo existente y representa la fuerza de la vida. Esta energía, que circula por todo el cuerpo en diferentes niveles o profundidades, debería fluir libre y sin obstáculos, ya que su bloqueo puede generar tensiones que lleven a la desarmonía y la enfermedad.
El Jin Shin Jyutsu considera que el cuerpo humano está recorrido por tres grandes canales energéticos y trabaja sobre ellos con las manos, suave pero firmemente, por encima de la ropa e incluso de la escayola. Para este arte terapéutico existe un flujo central principal, que discurre por un círculo oval y que desciende por la cara, cuello y esternón, la zona abdominal y el hueso púbico, para ascender por la columna, volver a pasar por encima de la cabeza y descender nuevamente; y otros dos grandes flujos denominados supervisores que nacen en la parte interior de las rodillas: el supervisor izquierdo, que controla todas las funciones del cuerpo del lado izquierdo y que está relacionado con el principio masculino, el tiempo, el pasado, la lógica y lo genético, y el supervisor derecho, que rige las funciones del lado derecho y que tiene que ver con el principio femenino, representando el espacio, el presente, la intuición y la regeneración.
Por último, los flujos mediadores diagonales, unen y armonizan la parte izquierda del cuerpo con la derecha.
De la misma manera el JSJ considera que la energía toma forma en el cuerpo a través de diferentes profundidades que van de la piel (1ª profundidad) a los huesos (5ª profundidad), relacionadas con las diferentes etapas vitales y órganos y que se pueden desequilibrar por emociones tales como la preocupación, el miedo, la cólera, la tristeza y el exceso de pretensión.
Por otra parte, identifica 26 cerraduras de seguridad (esferas energéticas de unos 15 cm. de diámetro repartidas por los canales mencionados) a través de las cuales puede liberarse la energía estancada o mejorar su flujo.
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